Lightyear

Pereza infinita… y más allá

En la ya familiar falta de apuesta por planteamientos originales por parte de la casa Disney, ahora el spin-off le tocó a Toy Story nada menos que con la que se pretende haya sido la película original en la que se inspiró el juguete del astronauta Buzz Lightyear. Se trata de una producción de Disney con Pixar, lo que en tiempos de John Lasseter significaba una altísima calidad en la animación y en el guion. Y ciertamente la animación cada vez es más impresionante —algo que se agradece y no hay que dar por supuesto— pero la historia y los personajes de Lightyear son más oscuros y con un conflicto menos atractivo, y no se diga para un público infantil a quien se supone que va dirigida la cinta especialmente (Andy incluido).

El diseño visual del personaje es, eso sí, impecable

Y es que el conflicto inicial del obsesivo guardián espacial Buzz Lightyear es conseguir la fusión cristálica para lograr la hipervelocidad que permita a una colonia humana abandonar un planeta hostil. Exacto, pero hay más. Tan solo en el primer acto de la película transcurren 84 años (hice mis cuentas) mismos en los que Buzz no envejece más que unos días puesto que se encuentra haciendo continuos intentos viajes jugando con la velocidad, con una necedad cósmica que deja perplejo. Soy de letras, pero a mí me costó entender la física del asunto, espero que a los niños no tanto. Como su contraparte en juguete, el protagonista está obsesionado con hacer las cosas bien y cumplir su misión, con una personalidad parecida a la del envarado Capitán América interpretado en incontables películas por Chris Evans, que aquí da voz a Lightyear.

Alisha Hawthorne vive su vida, envejece y muere en los primeros 30 minutos

Y para que este conflicto funcione hay que empatizar con la antigua compañera de Buzz, la comandante Alisha Hawthorne, quien ni siquiera le importó lo suficiente al protagonista como para calcular que con un par de sus viajes supersónicos ya no la iba a alcanzar con vida, como pasó. En el ínter, la buena mujer se casó, tuvo un hijo (de quien no sabemos quién es el padre, lo cual no es importante para la trama, sí lo es que se casa con una mujer y supongo que embarazarse en un supuesto así también lo hace posible la fusión cristálica o algo de eso). Ese hijo a su vez tuvo una hija que, ya mayor, será la compañera de Buzz el resto del filme. El resto del «equipo» está conformado por dos de los personajes menos atractivos que ha hecho Pixar, una anciana ex convicta y un hombre de quien lo único que conocemos es su torpeza supina, y que básicamente son calcos en animación de los actores que les dan voz, Dale Soules y Taika Waititi, respectivamente (busque usted sus fotos en internet si no los conoce y compruébelo). El conjunto solo lo salva el gato robot Sox, un adorable droide de comentarios cerebrales y lleno de convenientes deus ex machina que es el único que aporta algo a la misión más allá de buenos sentimientos.

El escuadrón al completo

La continua acción puede ser entretenida, así como algunos guiños simpáticos al personaje en la original Toy Story, pero tanto el escenario como los conflictos son oscuros y un tanto complejos, más propios de un público adulto, con resonancias de Interestellar y de Gravity. Un Buzz que no se resigna a que ya es muy tarde para salvar a una comunidad que ya no quiere ser salvada porque lleva tres generaciones viviendo en ese planeta gris, horrible, lleno de insectos y plantas asesinas. La revelación del conflicto principal y del villano ya ni la cuento, pero sí es más digna de psicoanálisis que de una gesta heroica espacial. Incluso visualmente todo es gris, todo es oscuro.

Increíbles diseños de naves y equipo espacial, a caballo entre los juguetes y la ciencia ficción

Disney dirá que el fracaso de esta cinta (se dio un batacazo en taquilla y es la cinta de Pixar peor evaluada en IMDB) se debe a la polémica por incluir a una familia LGBT. Desde luego no fue la mejor estrategia con un asunto que no aportaba nada a la historia y que hizo que la cinta incluso se prohibiera en varios países de Asia, pero en fin, supongo que la ideología va primero. No creo que Andy hubiera visto esta cinta en 1995, ni que le hubiera gustado y menos que hubiera pedido en su cumpleaños el juguete. El famoso beso, de verdad que es lo de menos.

(2022) EE.UU.
DIRECCIÓN Angus MacLane
GUION Angus MacLane, Matthew Aldrich, Jason Headley
MÚSICA Michael Giacchino
REPARTO (voces) Chris Evans, Keke Palmer, Peter Sohn, Taika Waititi, Dale Soules, James Brolin, Uzo Aduba

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