(2011) EE.UU.
DIRECCIÓN Lone Scherfig
GUION David Nicholls basado en su novela
MÚSICA Rachel Portman
FOTOGRAFÍA Benoît Delhomme
REPARTO Anne Hathaway, Jim Sturgess
Que se acaben los días
Lo único que se sabe sobre la fórmula para que una película sea un éxito es que no se sabe. Ahora bien, cuando se innova y las formas de contar una misma historia varían, esta tiene mayor posibilidad al menos de sorprender a la audiencia. One Day, adaptación de la novela de David Nicholls, se arriesga en la narración y sorprende. Pero las sorpresas no siempre son buenas, y en este caso no termina de encajar.
Emma (Anne Hathaway) y Dexter (Jim Sturgess) se conocen un 15 de julio en la noche de graduación de la universidad a finales de los ochenta. Pensaban pasar la noche juntos, pero la situación no se da bien y prefieren quedar como amigos. Su amistad va creciendo con los años y sólo vemos lo que les ocurre los 15 de julio de cada año, hasta el 2011.
En efecto, es una historia de amor contada en breves cápsulas y a largo plazo. Quizá resulte más real que a lo que estamos acostumbrados: que todo ocurra en cuestión de días y ya sea amor eterno. Aquí se aprecia la lucha, desánimos, otros amores… en fin, la vida; simplemente es más real. El problema es que se hace demasiado larga, muy pesada, y hay años pues que simplemente no ocurre nada y la relación ni mejora ni empeora. Llega un momento en que estoy seguro que el espectador desea que los años pasen de cinco en cinco.
A pesar de esto, el público sigue viendo la película por las actuaciones de los protagonistas: pocas veces se puede apreciar el amor de esta forma en la gran pantalla, es casi como si se pudiese ver “la chispa” en sus miradas. La directora Lone Scherfig, tenía el listón bien alto después de haber dirigido An Education, y esta vez no produce el mismo efecto, y eso que el binomio entre Dex y Em es más creíble que el de Jenny y David en An Education. Es una pena que el ritmo de la película no esté a la altura de los actores, porque este film podría haber sido el siguiente The Notebook, y simplemente no lo consiguió.
En cuanto al reto artístico de situar distintas épocas no tan lejanas entre sí, se cumple de forma muy correcta el paso del tiempo y las modas, cosa que no es fácil de conseguir. Jim Sturgess parece otro desde los ochenta hasta la llegada del nuevo milenio. Y por suerte a Anne Hathaway le llegó el 2000, deben verla para que me crean.
No es la película de amor épico que se esperaba, quizás tampoco el mejor regreso de la directora Lone Scherfig. Sí es una propuesta diferente, con un muy buen elenco, el esfuerzo no se suele valorar mucho en el cine, pero aquí debería hacerse una excepción.
Juan Manuel Meneses