(2019) EE.UU.
DIRECCIÓN Taika Waititi
GUIÓN Taika Waititi basado en la novela Caging Skies de Christine Leunens
MÚSICA Michael Giacchino
FOTOGRAFÍA Mihai Malaimare Jr.
REPARTO Roman Griffin Davis, Thomasin McKenzie, Scarlett Johansson, Taika Waititi, Sam Rockwell, Stephen Merchant, Rebel Wilson, Alfie Allen, Archie Yates
Los niños de la guerra
Son los últimos meses del Tercer Reich. Jojo es un niño de diez años, ingenuo y entusiasta, que pertenece a las Juventudes Hitlerianas. Su fanatismo es tal que tiene como amigo imaginario al mismísimo Führer. Desde que su padre se marchó al frente vive solo con su madre, y un día descubre que en su propia casa esconden a una niña judía. Esta excelente película, una sátira sobre la guerra, el adoctrinamiento de los totalitarismos y la inocencia de la infancia, funciona como una comedia disparatada sin que esto le estorbe —más bien al contrario— para ser crítica y muy emotiva.
El proyecto es del director, productor, guionista y actor de comedia Taika Waititi. Su peculiar nombre revela su origen maori-neozelandés y además es de religión judía. Tras hacer varias películas en su país, entre ellas el desternillante falso documental What We Do In The Shadows y la divertida Hunt for the Wilderpeople (mi crítica aquí), triunfó en Hollywood dirigiendo Thor: Ragnarok, a la que le dio su original toque cómico. En esta película adapta libremente la novela Caging Skies —sobre un chico alemán que se enamora de una chica judía a quien esconde su familia, y a quien le miente sobre el desenlace de la guerra para no perderla— y la convierte en una comedia muy de su estilo, incluso reservándose el rol del Hitler imaginario para él mismo.
A pesar del tema bélico, la película tiene una estética colorida y alegre a lo Wes Anderson que acompaña al tono cómico, con una cuidadosa recreación de trajes y el entorno de la época. Contribuye a la ambientación la música de Michael Giacchino (Up, Coco, Los Increíbles) a la que se suman canciones de la época y varios covers de hits del pop traducidos al alemán. Los personajes principales son interpretados por un reparto bien elegido que incluye a Sam Rockwell como un oficial nazi borrachín, Rebel Wilson como una nazi fanática de pocas luces, o a Stephen Merchant como un burócrata de la Gestapo. Sin embargo, quienes más destacan son el propio Waititi con su divertida ridiculización de Hitler, Scarlett Johansson (nominada al Oscar por este papel) como la auténtica heroína de la película, a la vez madre coraje y soñadora feliz; y el pequeño, talentoso y tierno Roman Griffin Davis, sobre quien pivota toda la película. Archie Yates, otro joven actor, interpreta al amigo gordito de Jojo en momentos muy divertidos y Thomasin McKenzie a la adolescente judía Elsa.
Si bien abundan las películas en torno a la Alemania de la Segunda Guerra Mundial —esta que nos ocupa tiene incluso muchos elementos en común con el filme neorrealista de Rosellini Alemania año cero (1948)—, el acercamiento de Jojo Rabbit es original porque detrás de la risa viene la reflexión en torno a lo que nos separa y los prejuicios que podemos cargar en nuestra mente —»dibuja dónde viven los judíos», le pide Jojo a Elsa. «Pero este es un dibujo de mi cabeza», le reclama luego. «Ahí es donde vivimos»—. Y es que las víctimas más injustas de las guerras son los niños, así como son lo más vulnerables ante las ideologías en el poder. Una lección no solo para la época nazi sino también para nuestros días. Y esto queda aquí grabado con un cincel bastante certero: la risa.
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