(2016) EE.UU.
DIRECCIÓN Clint Eastwood
GUION Todd Komarnicki basado en el libro de Chesley Sullenberg y Jeffrey Zaslow
FOTOGRAFÍA Tom Stern
MÚSICA Christian Jacob y Tierney Sutton Band
REPARTO Tom Kanks, Aaron Eckhart, Laura Linney, Valerie Mahaffey, Mike O’Malley, Anna Gunn
El heroísmo de la profesionalidad
Las escenas del avión que acuatizó en el río Hudson en enero del 2009 evitando lo que hubiera sido un trágico accidente en plena ciudad de Nueva York, dieron la vuelta al mundo. Pronto los medios hicieron del capitán, Chesley Sullenberg: «Sully», un auténtico héroe. Y la notoriedad del evento daba bastante pie a una adaptación cinematográfica.
A la fama del hecho histórico se sumó la del talento involucrado. Qué duda cabe de que Tom Hanks era el actor indicado para encarnar a Sully. Y aun siendo un casting tan predecible en ese sentido —Hanks es el prototipo del héroe ordinario americano, ya interpretó al piloto del cohete Apolo 13 y, hace poco, al Capitán Philips en la cinta homónima, un personaje conceptualmente parecido a Sully— eso no quita que su actuación sea insuperable, pues tiene esa capacidad de meterte en la historia y en el personaje a los pocos minutos. Pero lo que da el tono decisivo es la dirección de Clint Eastwood, ese icónico rostro del spaguetti western y de la dureza masculina, hoy ya consagrado como un director excepcional (de Mystic River a Gran Torino, de Jersey Boys a American Sniper). Y no digamos si decide filmar todo a través del ojo lucidor de la cámara ALEXA IMAX de 65mm.
El reto estaba en que el percance en sí apenas duró unos minutos —el despegue, la colisión con una bandada de pájaros que avería las dos turbinas y el necesario acuatizaje; de hecho es la escasez de tiempo para volver al aeropuerto lo que propicia la hazaña—, insuficientes para un largometraje. Así que el guion de Todd Komarnicki se centró en el menos conocido conflicto posterior: el juicio realizado al Capitán Sully por la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) sobre si su acuatizaje fue responsable o no, lo que podría significar el fin de su carrera. Con todo, Eastwood consigue un ritmo atrapante, mientras nos introduce en el conflicto de este hombre ordinario a la vez que los intermitentes flashbacks van estirando de un modo cada vez más prolijo los impactantes minutos del accidente y el rescate.
El resultado es la historia de un hombre ordinario, cuya característica principal es ser profesional en lo que hace. Y eso en un piloto puede implicar salvar 155 vidas, por saber tomar la decisión correcta fruto de años de preparación y experiencia. Sobriamente, sin mayor glorificación pero dando honor a quien honor merece, la película cumple de sobra. Ojalá cale que trabajar bien es lo propio del héroe ordinario, aunque no siempre tenga la ocasión de una gran hazaña, como la que Sully nunca pidió pero que supo resolver gracias justamente a esos años de trabajo oculto.
Juan Carlos Carrillo Cal y Mayor