Soul

Una oda a la vida

Pixar lo hace de nuevo. A estas alturas, con 23 películas realizadas, queda claro que lo suyo no fue un golpe de suerte, ni siquiera una generación brillante de guionistas y animadores, sino una empresa creativa que ha encontrado la manera de hacer películas de gran calidad, tanto en su lograda animación como en sus conmovedores y excelentes guiones: una combinación ganadora que se hizo marca de la casa. Soul, capitaneada por Pete Docter (Monsters Inc., Up, Inside Out), se plantea el reto de hacer una historia universal a partir de un tema tan común como difícil de tratar, por no decir tabú: la muerte, lo que sucede después de ella, y la dimensión espiritual del ser humano. Nada menos.

Joe Garner es un jazzista frustrado que vive en Nueva York. Es profesor de música en la escuela local, pero su verdadero sueño es tocar en un conjunto de jazz profesional. Cuando su oportunidad finalmente se presenta… muere. El alma de Joe intentará volver a su cuerpo para cumplir su sueño, para lo que tendrá la ayuda de una divertida alma aún-no-nacida con la que vivirá muchas aventuras y aprenderá una lección de vida —nunca mejor dicho. La película va muy en la línea de la exitosa Inside Out, que explicaba el funcionamiento interior del ser humano, planteando esta vez el mundo de las almas, tanto antes como después de la vida terrenal, con sus propias reglas y explicaciones. Se libra con nota el salto mortal de creatividad que esto implica, incluida la apariencia de las almas o de las fuerzas cuánticas del universo a cargo del asunto (llámemosles «Jerry»), de paso sacándole una punta de humor cuando la cosa se pone demasiado compleja. Con un guiño a Platón, la película hábilmente no se moja en ningún aspecto religioso (más allá de un cameo de la Madre Teresa de Calcuta), aunque sí en cierto esoterismo, lo que resulta políticamente correcto.

No menos logrado es el mundo del personaje en la Tierra: Joe es el primer protagonista afroamericano de Pixar y él y su entorno comunitario en Nueva York son una gozada, aportación personal del co-guionista y co-director Kemp Powers, aderezado por el jazz de Jon Batiste y las voces de Jamie Foxx, Phylicia Rashad, Angela Basset, Questlove o Daveed Diggs. También es esencial en el reparto la siempre divertida Tina Fey, que da voz al alma «22», un personaje con historia propia sin el que esta película no sería. Menos importante aunque también genial es el personaje de Rachel House (esa musa del humor negro de Taika Waititi, quien lea entienda).

Sin ser una de las obras maestras de Pixar —en todos lados hay niveles, y Soul no será tan memorable como las Toy Story, Monsters Inc., Buscando a Nemo o Coco—, quizá le quite también importancia la decisión, por otro lado necesaria, de estrenarse directo en Disney+ y no en salas de cine. A pesar de su originalidad, es bastante predecible en su estructura general (el viaje del héroe, por supuesto). Además, es una película con mensaje, y quizá una de las de Pixar que lo dicen del modo más explícito. Eso sí, un mensaje absolutamente necesario —más en estos tiempos complejos— que reivindica la belleza de la vida ordinaria. Con frase prestada, podría sintetizarlo en esa maravillosa posibilidad, tantas veces inadvertida, de «hacer endecasílabos de la prosa de cada día«.

FICHA TÉCNICA
(2020) EE.UU.
DIRECCIÓN Pete Docter y Kemp Powers
GUION Pete Docter, Kemp Powers y Mike Jones
MÚSICA Trent Reznor, Atticus Ross y Jon Batiste
REPARTO (voces) Jamie Foxx, Tina Fey, Graham Norton, Rachel House, Alice Braga, Richard Ayoade, Phylicia Rashad, Angela Basset, Questlove, Donnell Rawlings, Daveed Diggs

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