(2017) EE.UU.
DIRECCIÓN Jonathan Dayton y Valerie Faris
GUION Simon Beaufoy
FOTOGRAFÍA Linus Sandgren
MÚSICA Nicholas Britell
REPARTO Emma Stone, Steve Carell, Andrea Riseborough, Bill Pullman, Alan Cumming, Sarah Silverman, Natalie Morales
Partido de género
Traslado a la pantalla de la historia real del partido de tenis celebrado en 1973 entre Billie Jean King y Bobby Riggs, que se conoció como «la batalla de los sexos» por las aseveraciones del ex campeón Riggs que, a sus 55 años, decía que ninguna mujer podría vencerlo, hasta que la también campeona y treintañera King asumió el reto. Con un guion del oscarizado Simon Beaufoy (Slumdog Millionaire) y dirigida por el matrimonio Jonathan Dayton y Valerie Faris (Little Miss Sunshine), la historia funciona por la emoción de la estructura clásica de las películas de deportes —con subidas y bajadas in crescendo hacia el encuentro final— y por las extraordinarias actuaciones de los protagonistas, Emma Stone y Steve Carell, que realmente bordan a sus personajes: la audaz y centrada Billie Jean y el fanfarrón Riggs, al que Carell consigue hacer simpático a pesar de su postura tan políticamente incorrecta.
Realizada en una época donde esta batalla de los sexos ha evolucionado bastante, la película está enfocada desde la lucha de Billie Jean King y sus compañeras tenistas por un trato igual entre hombres y mujeres en el mundo del deporte. Validísima reivindicación que a veces cae en el cliché de unos personajes masculinos completamente misóginos (excepto los modistas que, como homosexuales, cumplen con su rol de confidentes de las heroínas como sucede en el cine desde hace décadas), así como la idealización de la emergente homosexualidad de Billie Jean. Se da menos peso en cambio a personajes más centrados, como el abnegado marido de Billie Jean que la apoya en todo momento, la esposa de Riggs (de quien él depende emocional y económicamente, como ella le recuerda) o la tenista Margaret Court, cristiana y también campeona, que viaja a los torneos acompañada por su esposo e hijo, presentada como uno de los personajes negativos. En fin, una película entretenida y bien realizada así como políticamente correcta, todo un trofeo de la batalla de los sexos.
Juan Carlos Carrillo Cal y Mayor