(2009) España
DIRECCIÓN Daniel Monzón
GUION Jorge Guerricaechevarría, Daniel Monzón
MÚSICA Roque Baños
FOTOGRAFÍA Carles Gusi
REPARTO Luis Tosar, Alberto Ammann, Carlos Bardem, Manuel Morón, Antonio Resines
Cuando el cine español se amotinó
¿Qué pasaría sin un hombre normal se encontrara atrapado en una cárcel en medio de un motín de presos? Sobre esta atractiva premisa construye Daniel Monzón su film carcelario Celda 211 (2009) que entró pisando fuerte para dejar claro que el cine español no tiene nada que envidiar al mejor cine de género carcelario de Hollywood.
Ya desde el arranque se nos deja claro que estamos ante una película dura y violenta. El relato avanza con mucho ritmo y tensión, introduciéndonos en una historia de bizarra camaradería entre Juan, el avispado funcionario recién llegado que se ha quedado dentro en el motín y que tendrá que fingirse un preso más, y Malamadre, el líder de los presos: un arrollador Luis Tosar a quien la película le debe al menos la mitad de sus aciertos.
Con un asombroso dominio de las claves del género -los espacios cerrados, la violencia que impacta, los clichés de presos prototípicos y la estricta jerarquía entre ellos- que recuerdan a clásicos como Cadena perpetua o En el nombre del Padre, Monzón avanza con sus personajes soltando un poquito de crítica social por aquí (esos funcionarios, a veces tan malos como los propios reclusos) y un poquito de crítica política por allá (esos presos etarras que, todo sea dicho, vienen como anillo al dedo a las necesidades de la trama).
Quizá hacia el final el film esté menos controlado y pueda perder un poco de ritmo, una pega que se suma a interpretaciones como la de Antonio Resines -cuya peor falta quizá sea que le tenemos muy visto- o la del actor revelación Alberto Ammann, que se defiende pero deja mucho que desear, sobre todo en contraste con la fuerza del Malamadre de Tosar. Sin embargo, prevalecen las poderosas vueltas de tuerca, la buena construcción de los personajes y, en definitiva, la fuerza que toda tragedia digna de ese nombre provoca. Una película lograda que representa no solo un buen paso para su director, sino sin duda un gran salto para el cine español.
Juan Carlos Carrillo Cal y Mayor