Infancia robada
México. En un pequeño pueblo de la sierra, la vida gira en torno al narcotráfico. Las habitantes son en su mayoría mujeres, que ganan dinero de recolectar la goma de las amapolas (de donde se produce el opio y la heroína). Los hombres se marcharon al norte o se unieron al narco o visten uniformados pues son soldados. Las niñas usan el pelo corto y tienen escondites en sus casas para ocultarse el día en que lleguen a robarlas. En medio de eso, tres amigas viven su tránsito de la niñez a la adolescencia.

Esta cinta mexicana es el primer largometraje de ficción de la directora salvadoreña Tatiana Huezo. Es una película tan bella y tan terrible como su acertado título. Como en la también reciente Sin señas particulares, la mirada es femenina y la violencia es elíptica, implícita, lo que la hace quizá más desgarradora. Con una excelente fotografía de Dariela Ludlow, el tono es cercano al documental y no se centra en el conflicto externo del narcotráfico —aunque su amenaza es continua— sino en la historia de crecimiento de las protagonistas. Habría que hablar más de las directoras haciendo cine mexicano de calidad hoy. Natalia Beristáin, Alejandra Márquez Abella, Yulene Olaizola, Fernanda Valadez, Tatiana Huezo. Por lo pronto, Noche de fuego tuvo una mención especial en el Festival de Cannes y fue enviada a representar a México en los Oscares. Más que merecido.

(2021) México
DIRECCIÓN Tatiana Huezo
GUION Tatiana Huezo basada en la novela de Jennifer Clement
FOTOGRAFÍA Dariela Ludlow
MÚSICA Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman
REPARTO Marya Membreño, Mayra Batalla, Ana Cristina Ordóñez González, Alejandra Camacho, Giselle Barrera Sánchez, Camila Gaal, Blanca Itzel Pérez, Memo Villegas