(2012) EE.UU.
DIRECCIÓN Stephen Chbosky
GUION Stephen Chbosky basado en su libro
MÚSICA Michael Brook
FOTOGRAFÍA Andrew Dunn
REPARTO Logan Lerman, Emma Watson, Ezra Miller, Kate Walsh
Amigos
A veces las grandes películas resultan ser las producciones épicas con gran presupuesto, o aquellas que tienen un guion complicadísimo. En cambio, hay películas que parecen ser muy sencillas y un tanto trilladas, por ejemplo: jóvenes que no encajan en la secundaria deben sobrevivir sin dejar de ser ellos mismos. Y aunque esa es la premisa de The Perks of Being a Wallflower, reducirla a eso sería muy pobre.
Pocas veces se puede ver tan claro que una película en su conjunto se parezca tanto a su personaje principal. Charlie es un adolescente callado, un tanto introvertido, se cree invisible (un “wallflower”), pero guarda un pasado intrigante, un presente que sorprende, y un futuro triunfante. Y así mismo es este filme. El trío que forman Charlie y los amigos que hace, Patrick y Sam, resulta fabuloso: Sam, la chica alocada que no se valora; Patrick, hermanastro de Sam, un chico extrovertido, seguro de sí mismo a pesar que su apodo sea “Nothing”; y Charlie, el joven que empieza a vivir una vez que los conoce.
El ambiente familiar de Charlie aporta mucho a la película, una familia católica con unos padres preocupados, que cenaban juntos y compartían las vivencias del día. Una hija guapa y popular con un novio imbécil, y un hermano mayor que ya está en la universidad y no vive en casa, pero todos se llevan bien y la relación entre hermanos es bastante unida. Se sabe también que existió una tía con una vida tormentosa que era la persona favorita de Charlie, un personaje pequeño pero fundamental en la historia. El tema de la religión es recurrente: una chica del grupo de “Misfits” es budista, por ejemplo, y la familia de Charlie católica pero sin estereotipos, muy humana. Resulta impactante la escena en la que están en misa y cuando Charlie va a comulgar hay un corte a Charlie en la fiesta de fin de año y tomando una pastilla alucinógena. Como si intentara decir que no se puede ser perfecto, pero se intenta.
La actuación de Ezra Miller como Patrick es insuperable: pasa de ser el gracioso a una persona dolida, que a pesar de todo lo que le ocurre intenta sonreír; Emma Watson enamora a cualquiera que vea la película, y es que el reparto completo hace grandes papeles que le añaden un gran realismo al largometraje. Es más resulta extraño que en The Perks… se cuentan cosas, o se muestran características de los personajes que no añaden o influyen la historia, simplemente te lo cuentan como algo extra, y funciona, ayuda a sentir empatía con los personajes. Es como la vida misma.
No es muy fácil darse cuenta que la historia no acontece en el tiempo actual, es más el espectador podría no notarlo, salvo que no existen redes sociales, no hay teléfonos celulares, y menos ipods… es más, los cassettes juegan un papel muy importante en la trama. No hay Shazam y tenían que buscar cómo se llamaban las canciones y eso podía tardar mucho tiempo… Quizás por eso es una película que superará la barrera del tiempo, pues no se encasilla en ninguna época. La gente conocía de las personas sólo lo que ellas permitían o compartían, se llamaban a la casa y le sacaban mucho más provecho al tiempo que pasaban juntos.
Estamos, pues, ante una película que ayuda a ver que sin importar lo complicado que ha sido el pasado, siempre se puede cambiar y mejorar, pues el pasado no te define. Y hay que tener un poco de confianza en las personas y en las ideas propias, el mejor caso con el que se explica esto es que Charlie al principio conoce las respuestas a las preguntas del profesor de inglés pero no contesta, luego a pesar de que quizás sus compañeros se burlen de él levanta la mano y es sincero, se acepta tal y como es. Lo único que uno necesita es tener amigos.
Juan Manuel Meneses