Tàr

Oscuro adagio

La directora de orquesta Lydia Tàr (Cate Blanchett) está en la cima de su carrera. Dirige la prestigiosa Filarmónica de Berlín, ha ganado todos los premios relevantes en su campo, viaja por el mundo dictando conferencias y dando clases magistrales. Orgullosa maestro, como la llaman con admiración, y activa feminista, es lesbiana y vive con su pareja estable —que es también el primer violín de su orquesta— en un fabuloso apartamento moderno en Berlín, con su hija adoptiva, la pequeña Petra. Tàr presenta ahora su autobiografía, Tàr on Tàr, y se dispone a grabar en vivo su opus magna. Sin embargo, la fatalidad empieza a anunciarse sutilmente para poco a poco ir cayendo sobre la protagonista no sin culpa de ella. 

Tras varios años sin estrenar una película, Todd Field (In the Bedroom, Little Children) escribió este drama durante el confinamiento del Covid-19 armado todo en torno a un personaje principal escrito especialmente para Cate Blanchett. Efectivamente, la actriz australiana no solo es el mayor atractivo para ver la película sino que se luce en un papel de una antiheroína ambiciosa, exitosa y sin escrúpulos, si bien deja ver también su debilidad. La película sin ella simplemente no sería. Complementa el proyecto de Field otra mujer, la compositora islandesa Hildur Guðnadóttir, también mencionada en la trama y quien compuso la banda sonora original, toda ella presentada en composiciones musicales dentro de la historia y disponible en un album conceptual que simula una sesión de trabajo de una orquesta.

La vida de la ficticia Lydia Tàr se siente ferozmente actual. Situada en la época postpandemia, al vaivén de la cancelación en las redes sociales y las denuncias a lo #MeToo. Contada con lujo de detalles, la película nos va metiendo en la vida de la protagonista: su ritmo de trabajo, su entorno estéticamente cuidado (el diseño de producción hará la delicia de arquitectos y decoradores de interiores), su pasión artística y el mundo de la élite musical. Pero también su arrogancia, su peligrosa seguridad, sus maldades pasadas y presentes, para ella justificadas por su prestigio y su estatus. Poco a poco se anuncia la oscuridad, con pequeños detalles propios del cine de terror: un metrónomo que suena de noche y nadie activó, unos gritos anónimos pidiendo ayuda en el bosque, un enorme perro negro, o la desgracia en forma de una vecina con retraso mental cuidando a su madre enferma en estado deplorable.

Con dos horas y media de duración, la película se toma su tiempo sin llegar a ser aburrida. Más bien el tercer acto tiene varios saltos que se antojan apresurados tras el relato minucioso del que veníamos (anunciado ya desde los largos créditos iniciales en los que figura todo el equipo de producción). Las escenas finales pueden desconcertar un poco, pues parecen pertenecer a otra historia, si bien subrayan muy bien lo que quiere hacer esta trama con el destino de una protagonista así, que pensaba que lo tenía todo.

(2022) EE.UU.
DIRECCIÓN Y GUION Todd Field
FOTOGRAFÍA Florian Hoffmeister
MÚSICA Hildur Guðnadóttir
REPARTO Cate Blanchett, Noémie Merlant, Nina Hoss, Sophie Kauer, Mark Strong

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