(2018) EE.UU.
DIRECCIÓN John Krasinski
GUION Bryan Woods, Scott Beck y John Krasinski
FOTOGRAFÍA Charlotte Bruus Christensen
MÚSICA Marco Beltrami
REPARTO John Krasinski, Emily Blunt, Millicent Simmonds, Noah Jupe
Tensión sin ruido
Hacer una buena película a partir de una premisa insulsa no debe ser sencillo. Y, ciertamente, la premisa de la invasión de unas criaturas feroces —y ciegas— que destruyen a cualquier otro ser vivo en cuanto lo escuchan no parecería sostenerse con facilidad. Sin embargo, Un lugar en silencio (título original A Quiet Place; el título ibérico Un lugar tranquilo arruina la referencia al silencio… y de tranquilo no tiene nada) consigue exprimir esa tensión al máximo centrándose en una familia que ha conseguido sobrevivir a base de no hacer, literalmente, ningún ruido. Hasta ahora. La película, protagonizada y bien dirigida por John Krasinski (mejor conocido por su personaje de Jim en la serie cómica The Office: ya se ve que a los cómicos les está funcionando pasarse al suspense; a Jordan Peele ya le valió un Oscar a mejor guion por Get Out) juega muy bien con la ausencia de diálogos de los personajes —salvo los breves mensajes en señas— y consigue crear una tensión que mantiene al espectador al borde del asiento: aunque es una película más bien breve, no hay un momento de respiro.
Con un gancho inicial de manual, se limita durante el resto de la trama al juego de no hacer ruido, manteniéndolo en los límites narrativos donde semejante planteamiento puede sostenerse. Su estética de un mundo distópico gris y desolado, junto con el énfasis en el mensaje familiar —da gusto ver una familia feliz y unida en el cine, la esposa en la cinta es la actriz Emily Blunt, esposa de Krasinski en la vida real— recuerdan la ignorada The Road, mientras que la figura del padre protector y la ambientación remiten más bien a Señales de M. Night Shyamalan. Una eficaz película de suspense que de paso rompe una lanza en pro de la unidad familiar y la apertura a la vida aún en circunstancias complicadas.