(2016) EE.UU.
DIRECCIÓN Ethan Coen & Joel Coen
GUION Joel Coen & Ethan Coen
MÚSICA Carter Burwell
FOTOGRAFÍA Roger Deakins
REPARTO Josh Brolin, George Clooney, Scarlett Johansson, Alden Ehrenreich, Channing Tatum, Tilda Swinton, Ralph Fiennes, Jonah Hill, Frances McDormand, Alison Pill, Christopher Lambert, Wayne Knight
Un homenaje
Lo último de los hermanos Coen es una entretenida comedia negra, muy al estilo de su Burn After Reading, y que en este caso resulta todo un homenaje a la época dorada del cine de los grandes estudios en el Hollywood de los 1950’s, a través de una de las profesiones más peculiares de entonces: el fixer, un apagafuegos que como hombre de confianza del estudio tenía que resolver los muchos problemas que surgían en torno a las producciones y a las caprichosas estrellas de cine.
En la trama, “¡Ave, César!” es el nombre de la última producción de la Capitol Pictures, y se trata de un péplum religioso al más puro estilo Ben-Hur, protagonizado por Baird Whitlock (George Clooney). Cuando Whitlock es secuestrado por un grupo de guionistas comunistas, pasa a ser un pendiente más en la lista de nuestro protagonista, Eddie Mannix (Josh Brolin), quien intenta ser un buen hombre de familia a la vez que lidia con embarazos no deseados de actrices caprichosas (Scarlett Johansson), directores de culto (Ralph Fiennes) en conflicto con actores de western (Alden Ehrenreich), periodistas intrigantes (Tilda Swinton) y un largo etcétera que permite incluir hasta una divertidísima escena musical al más puro estilo Cantando bajo la lluvia interpretada y bailada por Channing Tatum.
De paso es toda una clase de cómo funcionaba la industria cinematográfica entonces. Todos los talentos —actores, directores, etc— eran empleados del estudio, que decidía no solo en qué películas intervendrían, sino cuál sería su imagen pública, con quién saldrían o se casarían. Y por lo mismo era responsable de todos ellos como una gran y extraña familia… salvo de los extras: no por nada son de los primeros que sospechan cuando su estrella es secuestrada.
Aparece también la referencia a lo poco que se valoraba a los guionistas, y se representa a los comunistas de Hollywood que serían luego perseguidos por el macartismo; y todo en la narrativa ágil de los Cohen, que se dan el lujo de desarrollar a su personaje principal, su vida familiar, posibles ofertas de trabajo y hasta su catolicismo. Este, por cierto, está muy presente en la película: las constantes confesiones del protagonista, la imagen de apertura es un crucifijo en contrapicado y la trama de “¡Ave, César!” (la película dentro de la película) es sobre la conversión de un tribuno romano de la época de Jesús de Nazareth. Por cierto, es brillante la escena en que Mannix se sienta con los representantes de los principales credos de Estados Unidos (católicos, protestantes, judíos y ortodoxos) para que la película no resulte ofensiva para nadie. Hollywood ha cambiado mucho. Supongo.
Juan Carlos Carrillo Cal y Mayor